La celebración del “Día de los santos y los difuntos” en Piura adquiere un cariz muy especial con las “Velaciones”, una tradicional festividad de carácter religioso y cultural que rinde homenaje a los seres queridos que partieron al encuentro de Dios y cuyos restos reposan en los cementerios de esta emblemática región del norte peruano.
En esta festividad, celebrada los días 1 y 2 de noviembre, la población piurana acude a los camposantos para visitar los nichos de sus familiares y amigos fallecidos y orar por su eterno descanso en presencia del Señor.
En las velaciones la costumbres es encender velas y realizar oraciones y cánticos.
El nombre “Velaciones” responde a una antigua costumbre de los visitantes a los cementerios, quienes al acudir de noche portan velas y cirios de cera o parafina que encienden para iluminar la lápida que identifica a su familiar fallecido. La visita nocturna a los camposantos está autorizada por las autoridades durante esta celebración especial que tiene un gran arraigo en Piura.
Durante esta permanencia nocturna de público los habitualmente oscuros panteones lucen iluminados totalmente con las velas que portan los visitantes, quienes también recitan oraciones y entonan cantos que eran del agrado del pariente o amigo cuando se encontraba entre los vivos.
En esta tradicional estancia nocturna los visitantes dialogan rememorando dentro de sus relatos al ser querido que murió, destacando los recuerdos alegres, anecdóticos o nostálgicos pues con ello se busca tenerlo o tenerla presente en todo momento.
En algunos cementerios de Piura, especialmente en las ciudades, se reemplaza las velas por focos porque permiten que las personas permanezcan en el lugar hasta altas horas de la noche e incluso hasta la madrugada, un cambio con el que algunos tradicionalistas no están de acuerdo.
En los cementerios de la ciudad de Piura las velas son reemplazadas por focos que permiten a los visitantes pasar más horas.
Sin embargo, para este año el directorio de la Beneficencia de Piura, que tiene a su cargo la administración de los cementerios públicos Miguel Arcángel y San Teodoro, que son los más concurridos de la ciudad, resolvió que se suspenda el alumbrado eléctrico por motivos de fuerza mayor durante los días 1 y 2 de noviembre. De esta forma, las velaciones se realizarán solo con velas a la manera tradicional. Asimismo, se celebrarán servicios religiosos y misas de difuntos cada hora desde las 8 de la mañana.
De acuerdo con la tradición piurana, el 1 de noviembre se recuerda a los niños fallecidos o “angelitos” y se acostumbra a regalar dulces a los niños que tienen la misma edad del infante fallecido a quien se le recuerda con alegría. En tanto, el 2 de noviembre, Día de los difuntos, los pobladores velan a los adultos.
Asimismo, en los exteriores de los camposantos se levantan ferias gastronómicas donde se ofrecen diversos platos típicos para deleitar los paladares de los miles de concurrentes.