Perú posee una diversidad de atractivos turísticos que seducen a los viajeros más allá de nuestro ícono y maravilla del mundo: Machu Picchu. La publicación española 20 minutos.es elaboró una crónica donde recomienda qué lugares se pueden visitar durante 15 días o menos. “Son lugares únicos que no verás en otros destinos”, subraya.
Conozcamos en este interesante artículo, los lugares que recomienda. La lista es encabezada por el Patrimonio de la Humanidad: Machu Picchu y figuran otros hermosos lugares como la ciudad de Cusco, Valle Sagrado, la montaña Vinicunca o montaña de siete colores, entre otros.
En el artículo publicado en la sección Viajes de 20 minutos.es resalta que el Perú es un destino fascinante que presume de enormes riquezas arquitectónicas, culturales y naturales: desde la selva del Amazonas pasando por la Ciudad Perdida de Machu Picchu o la antigua capital del Imperio Inca, Cusco.
Machu Picchu
Es una de las Nuevas 7 Maravillas del mundo moderno y una de las pocas ruinas precolombinas intactas que quedan en el planeta. Con una presentación así, no cabe duda que debes incluir este destino en tu viaje. Hay numerosos circuitos que permiten acercarse a esta mítica ciudad inca que se encuentra a unos 2.500 metros y todos ellos ponen a prueba la resistencia física de cualquier visitante. Construida en el siglo XV en la cordillera de los Andes, el tiempo no parece haber dejado huella ni alterado esta maravilla arquitectónica.
Desde Aguas Calientes debes emprender la subida a las populares ruinas a través de un sendero. Si decides hacerlo andando, emplearás como dos horas para subir y algo menos para bajar. Por cierto que no será raro que te encuentres con amigables llamas durante el ascenso. También se puede acceder en autobus a través de caminos estrechos y con privilegiadas vistas. Una vez arriba te darás realmente cuenta de lo impresionante que es. Las fotos que hayas podido ver antes no le hacen justicia.
Cusco
Es la puerta de entrada al principal resto arqueológico de toda Latinonamérica: el Machu Picchu. Pero además, hay mucho que ver en la que fue capital del Imperio inca y ciudad clave en la época colonial española. Cusco invita a descubrirla paseando tranquilamente por sus calles empedradas.
La plaza de Armas es el centro neurálgico y aquí encontrarás la Catedral y la Iglesia de la Compañía de Jesús. Sube hasta el bohemio barrio de San Blas, de calles estrechas y casas coloniales, que al estar en las alturas ofrece una panorámica excelente de la ciudad.
Valle Sagrado de los Incas
A unos treinta kilómetros de Cusco se encuentra otra de las paradas obligatorias en este viaje. Se trata de una tierra agrícola fértil donde los incas cultivaban maíz en las terrazas aferradas a las laderas de las montañas. Desde Pisac hasta Ollantaytambo, este territorio alberga una bella riqueza natural y una gran diversidad arqueológica: fortalezas, centros ceremoniales, sistemas de riego o calles empedradas que han sobrevivido al paso del tiempo.
Y si es verdad que hay mucho que ver, también es recomendable disfrutarlo con calma para evitar sufrir el mal de altura. Te impactarán los maravillosos paisajes que dibujan las elevadas cumbres andinas y el espectacular río Urubamba.
Vinicunca: la montaña de los Siete Colores
Durante tu estancia en Cusco, acércate a la Montaña Arcoíris o Montaña de los Siete Colores. Se encuentra a más de 5.000 metros de altura en la cordillera de los Andes y es uno de los fenómenos geológicos más curiosos de la tierra. Para poder disfrutar de la combinación de colores en todo su esplendor, lo mejor es ir en los meses de julio y agosto.
Lago Titicaca
Situado a unos 3.800 metros sobre el nivel del mar, es el lago navegable más alto del mundo. Mas de la mitad del lago se encuentra en territorio peruano, y el resto en Bolivia. Tendrás que ir hasta Puno (una de las ciudades más importantes de Perú) para adentrarte en este mágico lugar de aguas translúcidas y paisajes alucinantes.
Pero además, este lago tiene un punto misterioso y sobrecogedor: ¿sabías que en su fondo se encontró una ciudad abandonada que podría ser anterior a la civilización inca? Para disfrutar de este maravilloso lugar puedes contratar alguna excursión por las islas de los Uros y Taquile, donde descubrirás las tradiciones de estas comunidades indias que viven en las islas flotantes del Titicaca.
Lima
Lima es mucho más que el punto de entrada al país. La capital de Perú es una ciudad cosmopolita que fusiona a la perfección tradición y modernidad. Y es en el Casco Histórico donde muestra su faceta más elegante con sus tradicionales balcones y su arquitectura colonial. La Catedral, la plaza de Armas (o Plaza Mayor) y la plaza de San Martín son algunas de las paradas imprescindibles para tomarle el pulso a Lima. No te vayas si disfrutar de un agradable paseo por el malecón de Miraflores donde encontrarás unas magníficas vistas al Pacífico.
El desierto de Huacachina
Te parecerá un espejismo, pero no lo es. Situado a unos 300 km al sur de Lima y a 61 km de Pisco, esta pequeña laguna natural, rodeada de palmeras y dunas doradas, es un lugar realmente magnífico y de enorme belleza. Uno de los paisajes más curiosos del país andino. La zona es muy frecuentada por senderistas y amantes de deportes de aventura.
Parque Nacional de Manú
Esta reserva natural (hay 11 en Perú) se extiende a lo largo de más de un millón y medio de hectáreas y posee la mayor biodiversidad del planeta. Se trata de un lugar prácticamente virgen, ya que la gran mayoría de la reserva nunca ha sido explorada. Solo una pequeña área (alrededor del 20 %) es accesible para investigadores, científicos y algunos turistas afortunados.
Para adentrarte en esta selva amazónica necesitarás una autorización de algunas de las agencias que pueden emitirlas. Llegar a este lugar mágico y aislado de la selva no es fácil, pero si decides embarcarte en este viaje, te aseguramos que será una de las mejores experiencias que podrás tener en tu vida.
El parque se encuentra en el sudeste de Perú, en los departamentos de Madre de Dios y Cusco. Y aunque se puede visitar durante todo el año, la mejor época es entre mayo y septiembre, llueve menos y el trayecto por las carreteras es algo más fácil.