Según cifras publicadas en el 2022 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el continente americano se desperdicia aproximadamente 127 millones de toneladas de alimentos por año, siendo el Perú el país que presenta un desperdicio per cápita de 67 kilogramos por año, por habitante.
Alberto Huiman, profesor de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad ESAN, indicó que en nuestro país desechamos aproximadamente 12.8 millones de toneladas de alimentos anualmente, sin embargo, a nivel nacional se desarrollan distintas propuestas que tienen como objetivo el reaprovechamiento de los remanentes de la producción de alimentos.
Agregó que en el ámbito de la industria alimentaria, la sostenibilidad tiene como finalidad minimizar los residuos generados en la cadena de suministro. Bajo el enfoque del Zero Waste se analiza el proceso que recorre el producto hasta su disposición final, así como también sus externalidades, es por ello que también es fundamental analizar las diferentes áreas que contribuyen a la generación de residuos alimentarios en el Perú.
En ese sentido, el especialista afirmó que existen un conjunto de acciones que pueden ser implementadas con el objetivo de abordar este problema, como:
1.- Llevar a cabo campañas educativas destinadas a concientizar a la población acerca de las repercusiones sociales, económicas y ecológicas derivadas de la pérdida de alimentos.
- Facilitar información desde el Estado a los agricultores, referido al trabajo colaborativo para disminuir el uso de recursos y suplir la falta de cultivos con alternativas aceptadas según las necesidades alimentarias y la idiosincrasia local.
- Promover, desde el Estado, el desarrollo de mercados para productos «de bajo costo».
Tanto las organizaciones comerciales como las de caridad podrían organizar la recolección, venta o uso de productos que aún sean seguros, de buen sabor y valor nutricional, pero que por un tema de imagen no pueden ser considerados para la venta.
Huiman recalcó que es imperante tomar las siguientes medidas para lograr la sostenibilidad y el no desperdicio:
- Desarrollar un trabajo colaborativo de los diferentes sectores: políticos, empresas públicas y privadas relacionadas con la alimentación, instituciones educativas, representantes de los consumidores, entre otros.
- Desarrollar capacidades en los operadores de la cadena alimentaria para aplicar prácticas seguras de manipulación de alimentos.
- El Estado debe mejorar la trazabilidad de la cadena productiva con actividades colaterales, como mejorar la infraestructura de carreteras, energía y mercados, para disminuir el costo operativo de producción de alimentos.
Finalmente, el docente de la Universidad ESAN manifestó que el aumento demográfico también genera una mayor demanda alimenticia y, con ello, incrementa el desperdicio de alimentos. Por ello, el Perú necesita una visión holística de sostenibilidad en la industria alimentaria, con normas que establezcan metas graduales para suprimir la cantidad de residuos de origen orgánico dispuestos en los rellenos sanitarios, de manera tal que se propicie un menor desperdicio de alimentos y contribuya a ordenar el proceso productivo.